Como continuación a la serie de artículos dedicados a los tipos de protección aplicables a distintas partes del cuerpo, en esta ocasión nos centraremos en los tipos de protectores destinados a evitar lesiones en las extremidades inferiores. Dentro de este subgrupo, nos centraremos principalmente en el calzado de protección de uso laboral, al que denominaremos en este artículo y de forma genérica, con el término comúnmente utilizado de calzado de seguridad, aunque veremos que el término “calzado de seguridad” corresponde a un tipo específico de calzado con unas propiedades de protección que lo distingue del resto de protectores de pies y piernas.
Calzado de seguridad: aproximación al problema
Aunque la Ley de Prevención de Riesgos Laborales contempla otras acciones preventivas antes de la utilización de Equipos de Protección Individual (EPI), el calzado de seguridad es uno de los tipos de EPI cuyo uso está más extendido entre los trabajadores. Por otro lado, las extremidades inferiores concentran el 29% del total de las lesiones sufridas por los trabajadores según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social (véase Ilustración 1).
Una de las máximas de ASEPAL es que un EPI sólo alcanzará el nivel óptimo de protección si ha sido seleccionado adecuadamente y se hace uso de él según las instrucciones del fabricante. El proceso de selección de un EPI, es un arte que se basa en tres pilares fundamentales que procedemos a mencionar aquí de forma resumidísima.
1. Identificación y evaluación de los riesgos.
El primer paso en toda estrategia de protección debe ser el saber frente a qué debemos protegernos. Por ello es vital el conocimiento del tipo y nivel de riesgos frente al que nos enfrentamos.
2. Definición del EPI necesario.
Tras haber evaluado el tipo y nivel de riesgos frente al que nos enfrentamos, debemos seleccionar el tipo de EPI que se adapte a las particularidades de la tarea y al trabajador. Además, el nivel de protección que ofrece el EPI deberá adecuarse al nivel de riesgos evaluado.
En este paso fundamental, uno de los problemas que suele tener que afrontar la persona encargada de definir el EPI es conocer el abanico de normas que aplican a los distintos tipos de equipos, y los niveles de prestación que contempla cada norma. Este es uno de los objetivos que pretende este artículo: dar unas indicaciones muy breves acerca de los distintos tipos de normas que aplican a cada uno de los tipos de protectores de pies y piernas.
3. Utilización de los EPI.
Los EPI siempre deberán usarse según lo estipulado en el RD 773/1997. Uno de los puntos clave de este Real Decreto es que los EPI cumplirán los requisitos aplicables de seguridad, lo que se traduce en que los EPI que utilicen los trabajadores deben estar debidamente certificados. Sólo los EPI certificados ofrecerán la garantía de ofrecer la protección que el fabricante declara. El uso de EPI no certificados, además de ser contrario a la ley, tira por tierra todo el proceso anterior de evaluación y definición del EPI ya que no existe ninguna certidumbre acerca de que el equipo a utilizar cumpla o no con las características de protección que se le atribuyen.
Riesgos y normas aplicables a los protectores de pies y piernas
Como veíamos en la Ilustración 1, las lesiones de pies y piernas están ampliamente extendidas y son comunes en muchos sectores industriales.
Los riesgos más habitualmente encontrados son, de forma no exhaustiva:
- Caídas de objetos pesados sobre los pies, en particular sobre los dedos de los pies. Aunque puede darse en cualquier sector, este tipo de lesión se da sobre todo en industrias pesadas, como la minería, la fabricación de productos metálicos, la ingeniería, la construcción y el montaje. Además, los pies pueden lesionarse al golpear contra algún objeto o al pisar en salientes afilados, como ocurre en el sector de la construcción.
- Quemaduras de las extremidades inferiores. Habitualmente por proyecciones de metal fundido, chispas, etc. Son habituales en talleres de fundición, siderurgia, procesos de soldadura, etc.
- Agresiones químicas. Los compuestos químicos pueden causar quemaduras químicas, dermatitis o eccemas. Son habituales en procesos de fabricación de productos químicos.
- Otros riesgos frecuentemente encontrados son los contactos eléctricos, exposición a la intemperie, etc.
En la Tabla 1 se hace una relación de los riesgos más habitualmente encontrados en la industria y la normativa aplicable que puede ofrecer cierta protección frente a los mismos. Adicionalmente a la información que se proporciona en esta tabla, en este artículo se tratarán algunos tipos de los riesgos más habitualmente encontrados en la industria y la normativa aplicable al calzado destinado a ofrecer protección.
Tabla 1. Relación de riesgos y normativa aplicable
Calzado de seguridad, calzado de protección y calzado de trabajo: Requisitos básicos
El calzado de seguridad, protección y trabajo debe cumplir con las normas UNE-EN ISO 20345:2012, UNE-EN ISO 20346:2014 y UNE-EN ISO 20347:2013 respectivamente.
Todos ellos deben cumplir una serie de requisitos comunes a los tres tipos de calzado como los requisitos de construcción del calzado (resistencia al rasgado, alturas del corte, resistencia de la unión corte-piso), inocuidad (ausencia de sustancias peligrosas, niveles máximos de pH, etc.) y resistencia al deslizamiento. Acerca de este último requisito, todo calzado de seguridad, protección o trabajo debe cumplir una de las tres características de resistencia al deslizamiento: SRA (resistencia al deslizamiento ensayada en suelo de cerámica con disolución jabonosa), SRB (suelo de acero con glicerina) o SRC (suelo de cerámica con disolución jabonosa y suelo de acero con glicerina.
Lo que diferencia a un tipo de calzado de otro es la presencia o no de una puntera que protege los dedos del pie frente al impacto y compresión de la punta de los dedos del pie. Las diferencias del calzado en este sentido se muestran en la Tabla 2.
Tabla 2. Nivel de protección de la punta de los dedos
Clasificación del calzado
En lo relativo a la clasificación, el calzado de uso laboral puede clasificarse según sus materiales constitutivos y según el conjunto de propiedades que reúna.
En relación a los materiales, hay tres tipos de clases de calzado:
- Clase I: calzado fabricado con cuero y otros materiales, excluido el calzado todo-caucho y todo-polímérico.
- Clase II: que es todo caucho (vulcanizado) o todo-polímero (moldeado).
- Calzado híbrido. Es un tipo especial de calzado de clase II, ya que incorpora otro tipo de material que prolonga el corte. Se designa con el SBH, para el calzado de seguridad según UNE-EN ISO 20345:2012, el PBH para el calzado según UNE-EN ISO 20346:2014 y OBH para el calzado según UNE-EN ISO 20347:2013.
En relación a conjunto de propiedades adicionales que cumple el calzado, existe un segundo nivel de clasificación que agrupa las características adicionales que presenta de forma más habitual el calzado. Es por así decirlo una especie de jerga del sector o de abreviatura de las propiedades que reúne el calzado. Podemos ver esta clasificación en la Tabla 3.
Tabla 3. Categorías de marcado del calzado
Otras protecciones frente a riesgos mecánicos:
1. Calzado de seguridad resistente al corte por sierra de cadena. UNE-EN ISO 17249:2014
El calzado certificado con la norma UNE-EN ISO 17249:2014 cumple los requisitos básicos y la resistencia a la perforación del calzado de seguridad según UNE-EN ISO 20345:2012 y además incorpora protección contra cortes provocados por sierras de cadena.
Se especifican tres niveles de protección del calzado de seguridad con diferente resistencia al corte según la velocidad de la sierra de cadena a la que ha sido sometida:
- Clase 1: 20 m/s
- Clase 2: 24 m/s
- Clase 3: 28 m/s
2. Rodilleras para trabajos en posición arrodillada. UNE-EN 14404
Las rodilleras para los trabajos en posición de rodillas cumplen la norma UNE-EN ISO 14404:2005/A1:2010, y se clasifican en cuatro tipos.
- Tipo 1: rodilleras independientes de cualquier prenda y sujetadas a la pierna.
- Tipo 2: rellenos de espuma plástica y otros materiales, inserta en las perneras o unidas permanentemente a los pantalones.
- Tipo 3: Dispositivos no unidos al cuerpo, pero colocados en el lugar a medida que el usuario se desplaza. Pueden ser para una sola rodilla o para ambas.
- Tipo 4: Protectores para una sola o ambas rodillas, que forman parte de otros dispositivos con funciones adicionales. Independientes o se llevan sobre el cuerpo.
3. Protección frente a riesgos térmicos
Además de las protecciones adicionales ofrecidas por el calzado de seguridad, protección y trabajo en relación a los riesgos derivados de la temperatura (véase Tabla 1), existen otros tipos de calzado de protección frente a riesgos térmicos.
4. Calzado para fundiciones y soldeo. UNE-EN ISO 20349:2011
Se trata de un calzado que debe cumplir con los requisitos básicos del calzado de seguridad según UNE-EN ISO 20345:2012 al que se le incorporan requisitos térmicos adicionales.
- Calzado para fundiciones: Incorpora resistencia a las grandes salpicaduras de metal fundido (Fe o Al), resistencia del corte a la transmisión del calor por contacto, resistencia del corte a la llama y asilamiento del calor por parte de la suela.
- Calzado para soldadores: Incorpora resistencia a pequeñas salpicaduras de metal fundido, resistencia del corte a la llama.
Esta norma está actualmente en proceso de revisión para desdoblarla en dos normas específicas de calzado para fundiciones y calzado para soldadores.
5. Calzado para bombero. UNE-EN 15090:2012
La norma UNE-EN 15090:2012 especifica los requisitos mínimos para el comportamiento de tres tipos de calzado para uso por bomberos en extinción de incendios, operaciones generales de rescate, rescate de incendios y emergencias con materiales peligrosos.
Los tipos de calzado para bomberos son los siguientes:
- Tipo 1: Intervenciones en exteriores, extinción de incendios y fuegos forestales, sin protección frente a la perforación, sin protección para los dedos y sin protección frente a los riesgos químicos.
- Tipo 2: Todo tipo de operaciones de extinción de incendios y rescates en las que sea necesaria la protección frente a la perforación y la protección de los dedos, sin protección frente a los riesgos químicos.
- Tipo 3: Todo tipo de operaciones de extinción de incendios y rescate en las que sea necesaria la protección frente a la perforación y la protección de los dedos, así como la protección frente a los riesgos químicos.
6. Protección frente a riesgos químicos. UNE-EN 13832
El calzado resistente a los productos químicos puede ser calzado de seguridad, protección o trabajo (es decir, debe cumplir con las normas UNE-EN ISO 20345:2012, UNE-EN ISO 20346:2014 o UNE-EN ISO 20347:2013 según corresponda), el cual debe cumplir una serie de requisitos de resistencia frente a un número determinado de productos químicos. Dependiendo del número de productos químicos para el que se declare resistencia, el calzado deberá cumplir una norma u otra.
- Calzado resistente a los productos químicos: UNE-EN 13832-2. Debe presentar resistencia a la degradación frente a al menos dos tipos de productos químicos. Puede ser de clasificación I o clasificación II.
- Calzado con alta resistencia a los productos químicos: UNE-EN 13832-3. Debe presentar resistencia a la degradación frente al menos tres tipos de productos químicos. Sólo puede ser de clasificación II.
Conclusiones
Pese a que los EPI son el último recurso preventivo al que acudir para preservar la salud y seguridad de los trabajadores, los datos de siniestralidad laboral sobre las extremidades inferiores apuntan a que existe un gran campo de mejora en lo relativo a la protección de los pies y las piernas de los trabajadores.
El conocimiento de las normas armonizadas aplicables a los EPI permitirá al usuario seleccionar el tipo y nivel de protección que cada situación requiera. ASEPAL sigue trabajando en la promoción de la selección adecuada de los EPI como herramienta eficaz en la prevención de riesgos laborales. Así, sólo un EPI debidamente certificado, que se adecúe al nivel de riesgos evaluado, se adapte a las particularidades de la tarea y del trabajador, y sea utilizado según las indicaciones del fabricante será una herramienta eficaz en la protección de la salud y la seguridad del mismo.
Más info:
Javier Díaz
ASEPAL – Dpto. Técnico
91 431 62 98