En las últimas semanas el amianto ha estado tristemente de actualidad en los medios de comunicación, en diferentes puntos de España como en el Ferrol, Cartagena o País Vasco, distintos actos han servido de recordatorio de las víctimas provocadas por este agente químico y las imborrables secuelas que ha dejado en sus vidas.
El amianto es un enemigo que se mueve en las sombras, entró y entra en las vidas de muchísimas personas de forma silenciosa, se instaló dentro de sus organismos y desarrolla su actividad perniciosa a lo largo de largos años. Al cabo de ese tiempo, se desarrolla la asbestosis, la cual es un factor de riesgo en el desarrollo de cáncer de pulmón.
Según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el número de enfermedades provocadas por el amianto se han duplicado en 2014 respecto de los datos registrados en 2013 y 2012. Debido a la lentitud con la que se desarrolla la enfermedad y basándose en la experiencia de otros países donde el amianto se prohibió antes que en España, los expertos auguran un aumento del número de casos en los próximos años. Así, y sólo en el País Vasco se producirán “unos 1.000 casos al año de enfermedades asociadas a la exposición al amianto, incluidas aquellas cuyo origen no es laboral. La mayor parte de dichas patologías (un 70%) serán benignas y no generarán en sí mismas incapacidad significativa. Pero, otras patologías serán de “extrema gravedad” (se producirán alrededor de 90 casos de mesotelioma al año)”
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