Una de las peores pesadillas que puede tener el responsable de la Salud y Seguridad en el trabajo es la de planificar las medidas preventivas que deberán tomarse en consideración a la hora de trabajar en atmósferas potencialmente explosivas (atmósferas ATEX).
Afortunadamente, existe regulaciones y guías técnicas destinadas a facilitar la labor de la labor preventiva en este tipo de entornos.
Así, el Real Decreto 681/2003, establece una serie de pautas para la evaluación de los riesgos y medidas de protección de los trabajadores. Una de las medidas de protección contra las explosiones que contiene dicho Real Decreto es el suministro de calzado y ropa de trabajo destinados a minimizar la posibilidad de que se genere una descarga electrostática que pueda dar lugar a la temida ignición de la atmósfera explosiva.
En relación a los equipos a utilizar en atmósferas potencialmente explosivas, el Real Decreto 144/2016 sobre aparatos y sistemas de protección para uso en atmósferas potencialmente explosivas, excluye del ámbito y objeto de aplicación a los Equipos de Protección Individual (EPI). Sin embargo, estos equipos deben proporcionar el nivel adecuado de seguridad respecto a una explosión que se define en esta regulación. Así, se deberá asegurar que los EPI utilizados en estos entornos no acumulen cargas electrostáticas susceptibles de provocar descargas peligrosas.
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