La unión hace la fuerza y ahí radica el secreto de la sorprendente adhesividad de los filamentosos pies del Gecko, un curioso lagarto que ha inspirado a los investigadores del CTCR para desarrollar un calzado de uso profesional caracterizado por sus propiedades antideslizantes.
El Gecko es un tipo de lagarto capaz de subir superficies verticales, sin utilizar pegamento ni adhesivos químicos ni ningún tipo de succión. Este hecho ha llamado la atención del equipo de I+D+i del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja y, concretamente, a su personal experto en nanotecnología que lo ha utilizado como objeto de estudio para su aplicación en el sector calzado. De hecho, la presencia de estructuras nanométricas en la parte inferior de sus pies, les proporcionan la asombrosa capacidad de poder caminar sobre una amplia variedad de superficies.
Y es que, examinar cómo la naturaleza resuelve problemas complejos ha sido siempre un punto de partida inteligente para las investigaciones de materiales y tecnologías innovadoras (biomimética), y esta gran propiedad de los Geckos ha servido para la puesta en marcha de un nuevo proyecto que el CTCR está llevando a cabo junto a la empresa calzados Mendi, dedicada desde 1953 a la fabricación nacional de calzado de seguridad para cada sector profesional.
El estudio en sí consiste en el diseño de un buen material antideslizante para zapatos y botas de seguridad. Para ello, los nanotecnólogos están analizando previamente la aplicación del concepto de antiresbalamiento que emplea este reptil y su viabilidad para el desarrollo de suelas que imiten la geometría y el funcionamiento de los pies del Gecko.
Dentro del calzado, la suela juega un papel fundamental ya que es la encargada de absorber el impacto de la pisada, aislar térmicamente al pie, proteger de las irregularidades del terreno y, por supuesto, evitar resbalones. Los resbalones, tropiezos y caídas son la mayor causa de accidentes en todos los sectores económicos en la Unión Europea, desde la industria pesada hasta el trabajo de oficina. Con ellos está relacionado el 24% de todos los accidentes laborales. Por ello, es fundamental contar con una suela que cumpla con unos parámetros mínimos de resistencia al resbalamiento, valores determinados en la norma europea ISO 20344:2012 para calzado de seguridad.
A priori, el trabajo que el CTCR está desarrollando en materia de investigación ha proporcionado buenos resultados en la mejora de los coeficientes de fricción en suelas (CoF), y la creación de patrones mixtos, con subestructuras tanto macro como micrométricas, pueden dar lugar a aumentos en el CoF, implicando ello la reducción de accidentes por resbalones y minimizando, a su vez, los daños personales y económicos que año tras año se siguen produciendo en este ámbito.
Por su parte, Mendi, empresa perteneciente al grupo Rahman con más de 60 años de experiencia en la fabricación de suelas, se convierte en el partner ideal para el desarrollo del proyecto al disponer de la tecnología más avanzada, además de conocer a la perfección las necesidades del mercado de los EPI´s, Equipos de Protección Individual.