Protección individual en exposición a campos ECM

En esta entrada del blog, pretendemos arrojar un poco de luz acerca de qué tipo de trabajadores pueden estar expuestos a los efectos perjudiciales de los campos electromagnéticos y los medios de protección individual de los que podemos disponer cuando el resto de medidas preventivas no consigan reducir la exposición a niveles aceptables.

Cuando hablamos de protección frente a la radiación electomagnética, las primeras imágenes que nos vienen a la cabeza están más cerca de los mutantes de Marvel o de simpáticos personajes verdes como Hulk que de las ondas de radio que nos traen la música allá donde vamos o las microondas con las que nos calentamos un vaso de leche por las mañanas. 

El espectro electromagnético es tan amplio como poco comprendido, y si hablamos de los medios de los que podemos disponer para proteger a las personas que se exponen a estos agentes físicos, el desconocimiento cobra dimensiones incluso mayores.

En esta entrada del blog, pretendemos arrojar un poco de luz acerca de qué tipo de trabajadores pueden estar expuestos a los efectos perjudiciales de los campos electromagnéticos y los medios de protección individual de los que podemos disponer cuando el resto de medidas preventivas no consigan reducir la exposición a niveles aceptables.

¿Qué trabajadores pueden estar expuestos a los campos electromagnéticos?

Cuando hablamos de exposición a campos electromagnéticos nos referimos al riesgo que se deriva del trabajo en presencia de ondas electromagnéticas que pueden ir desde los 0 Hz-300 GHz. Esta exposición es susceptible de darse en cualquier situación en la que una persona esté en las inmediaciones de elementos que transporten corriente eléctrica o también de aparatos eléctricos. 

La bibliografía apunta a que existe una serie de situaciones en las que pueden  excederse los límites de exposición ambiental para este tipo de agentes en los siguientes ámbitos de trabajo:

  • Infraestructuras (edificios y terrenos)

    • Equipos de iluminación activados por microondas o radiofrecuencia

    • Sistemas y dispositivos de transmisión de radio y televisión

  • Suministro eléctrico

    • Instalaciones eléctricas con elementos en tensión de capacidad  superior a 100 A (equivalente a 23 kW para un circuito monofásico de 230 V, 69 kW para un circuito trifásico de 230 V, o 1,9 MW para un circuito trifásico de 11 kV)

  • Procedimientos industriales

    • Calentamiento dieléctrico o por inducción

    • Inspección de partículas magnéticas (detección de grietas)

    • Magnetizadores y desmagnetizadores industriales, por ejemplo, borradores de cintas magnéticas

    • Calentamiento y/o secado por microondas

    • Dispositivos de plasma de RF, incluida la deposición al vacío y la pulverización catódica

    • Electrólisis industrial

    •  Hornos, arco y fusión por inducción

  • Construcción

    • Secado por microondas en la industria de la construcción

  • Médico

    • Equipo de resonancia magnética

    • Equipos de tratamiento y diagnóstico médico que utilizan campos electromagnéticos, por ejemplo, diatermia y estimulación magnética transcraneal

¿Qué efectos puede tener la exposición a los campos electromagnéticos?

Los efectos sobre las personas de la exposición a los campos electromagnéticos variará dependiendo de la frecuencia de los mismos. Así, para intervalos de frecuencia situados en el rango de los 0 Hz a los 10 MHz, los principales efectos serán de índole no térmica. En este rango de frecuencias, los efectos se asocian siempre a una persona que esté en movimiento dentro del campo electromagnético y pueden ir desde efectos sensoriales, como sabor metálico en la boca. Sólo en campos de intensidad muy elevada, por encima de los 8 T, podrían sentirse los efectos con los trabajadores incluso en reposo.

En exposiciones a campos electromagnéticos muy intensos, pueden producirse alteraciones de la función cardiaca o incluso cerebral.

En un intervalo de frecuencias superiores a los 100 kHz, la exposición a los campos electromagnéticos provoca el calentamiento de los tejidos debido a la absorción de energía.

¿Qué medios de protección están disponibles para la protección frente a los campos electromagnéticos?

En los casos en los que consideremos que los trabajadores pueden estar expuestos a campos electromagnéticos, deberemos seguir siempre las indicaciones del Real Decreto 299/2016, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a campos electromagnético.

Para ello, se deben aplicar  medidas preventivas tales como eliminación del riesgo en origen, adopción de procedimientos de trabajo que conlleven una exposición menor a los campos electromagnéticos, elección de equipos que generen campos electromagnéticos menos intensos, uso de medidas de protección colectiva, limitación de la duración e intensidad de la exposición y cuando todo ello no sea suficiente, se deberá recurrir al uso de Equipos de Protección Individual (EPI) por parte de los trabajadores.

En este sentido, el número de soluciones disponibles para la protección específica frente a este tipo de riesgos no es muy amplio. Sin embargo, hay determinados tipos de equipos que pueden ofrecer cierto nivel de protección en determinados tipos de ámbitos.

  • Baja frecuencia (50-60 Hz). En las proximidades de instalaciones de hasta 800 kV (CA) o 600 kV (CC), la ropa de protección conductora conforme a la norma EN IEC 60895:2020. Este tipo de prendas, proporciona continuidad eléctrica entre todas las partes de la ropa y una reducción del campo eléctrico dentro de la ropa. En la página web de ASEPAL hay disponible un buscador para poder encontrar a empresas que puedan suministrar este tipo de ropa de protección: https://newnew.asepal.es/busqueda-por-familia-de-productos/

  • Alta frecuencia (80 MHz-1 GHz). En este ámbito, sólo podemos recurrir a la ropa conforme a la norma alemana DIN 32780-100, sobre ropa de protección contra los campos electromagnéticos.