Llegan las tan ansiadas vacaciones estivales, momento para reponer fuerzas después de un duro año de trabajo. Tiempo de sol, playa, piscina, y todas aquellas actividades que no podemos hacer a diario. Es momento de olvidarnos del trabajo durante unos días y pensar sólo en nosotros/as.
Sin embargo, aunque entremos en un periodo de relax, desde ASEPAL queremos hacer un pequeño recordatorio para que no olvidemos que debemos disfrutar de las actividades propias del verano y las vacaciones con seguridad, y aquí los Equipos de Protección Individual (EPI) también juegan un papel muy importante, aunque pudiera parecernos lo contrario.
De forma general, tenemos asociado el concepto de EPI al ámbito laboral, y gracias a la labor de todos los implicados en la Salud y Seguridad en el Trabajo, sabemos que en nuestros trabajos debemos usar determinados tipos de protección en función de los riesgos a los que nos enfrentemos. No obstante, a veces no tenemos el mismo nivel de concienciación en lo relativo a los EPI que deberíamos usar en la playa, en la piscina, con nuestros/as hijos/as, etc., en esta entrada queremos hacer un brevísimo repaso a los EPI que suelen usarse en las actividades estivales y las normas asociadas a ellos.
¡Protege tus ojos del Sol!
En España, durante los meses de verano, es frecuente que el índice que mide la intensidad ultravioleta procedente de la radiación solar oscile entre 8 y 11.
Así, debemos proteger nuestra piel y nuestros ojos de esta radiación que, siendo muy reconfortante mientras disfrutamos de ella en la playa, en la piscina o en el monte, nos obliga a tomar algunas precauciones. Así, además de proteger nuestra piel, debemos proteger también nuestros ojos.
En efecto, las gafas de sol que utilizamos habitualmente en nuestra vida corriente son un EPI de Categoría I. Ya hemos dicho en otras ocasiones que el ámbito del RD 1407/1992 no se limita a los EPI usados en el entorno laboral, y las gafas de sol son tal vez el ejemplo más representativo de esto.
La norma que describe los requisitos de seguridad de las gafas de sol para uso general es la EN ISO 12312-1:2013, aunque es posible que en el mercado aún se encuentren algunas gafas certificadas con la anterior norma, EN 1836:2005+A1:2007.
¡Nada, chapotea y disfruta!, pero con seguridad
Y es que un refrescante chapuzón es la mejor forma de combatir el calor y disfrutar de nuestros momentos de ocio. La primera regla de seguridad para acercarse al agua es saber nadar, regla que cumple la mayoría de los adultos, pero hay muchos niños y niñas que están aprendiendo a nadar y que necesitarán de ayudas a la flotación.
Las ayudas a la flotación para el aprendizaje de la natación están destinadas a ayudar a aprender a nadar a personas (en particular niños) que están o bien familiarizándose con el medio acuático, o bien adquiriendo las técnicas y estilos de la natación o desarrollando estas habilidades. Este tipo de ayudas a la natación no deben confundirse con las prestaciones que da un chaleco salvavidas (que proporcionan al usuario una sustentación en el agua en posición cara arriba independientemente de sus condiciones físicas), y deben usarse siempre respetando una serie de condiciones de uso y bajo supervisión.
En este nivel de protección estamos hablando de EPI de Categoría II, luego ya se trata de equipos que deben estar debidamente certificados. La norma armonizada que deben cumplir estos EPI es la EN 13138-1:2008.
En situaciones como la práctica de deportes acuáticos, donde sea necesario garantizar la flotabilidad de un nadador ya experimentado, la norma EN ISO 12402 define los requisitos que deben cumplir los chalecos salvavidas, los cuales proporcionan al usuario una sustentación en el agua en posición cara arriba independientemente de sus condiciones físicas; y también de otras ayudas a la flotación (distintas a las que veíamos anteriormente) que requieren que el usuario realice movimientos de natación y otros cambios de postura para mantenerse con la cara fuera del agua. Esta norma se divide en varias partes, las cuales definen a su vez distintos niveles de prestación asociados a distintas condiciones de uso.
Protégete también de los golpes
En verano la climatología invita a realizar muchas actividades como el ciclismo, deportes acuáticos, paseos en moto, etc., que no están exentas de cierto riesgo por golpes o choques.
Para poder gozar de estas actividades durante muchos años, y con salud, conviene proteger diversas partes del cuerpo mediante los siguientes EPI, siempre debidamente certificados según la norma correspondiente:
Los EPI son siempre EPI
No importa si debemos protegernos en nuestro trabajo, o en nuestra piscina, en la playa o en el campo, jamás debemos olvidar que si existe un riesgo, ¡debemos protegernos!
Si nos debemos proteger con un EPI debemos exigir el mismo nivel de cumplimiento con la legislación vigente para el casco de bombero, que para el pequeño chaleco que le damos a nuestro/a hijo/a que está aprendiendo a nadar. Así pues, al igual que en nuestro trabajo debemos asegurarnos de que los EPI cuentan con el marcado y con el folleto informativo correspondiente, debemos ser igualmente celosos en revisar este tipo de información para los equipos que utilizamos o proporcionamos en nuestros momentos de esparcimiento.
La importancia por velar por la seguridad es la misma independientemente del ámbito, y la necesidad de cumplimiento con los requisitos de salud y seguridad del RD 1407/1992 es igualmente estricta. Por lo tanto, nunca dejaremos de recordar que los EPI deben usarse allá donde sean necesarios y que es absolutamente necesario que estos equipos estén debidamente certificados.