El clima templado del que disfrutamos en España a lo largo de la mayoría del año, tiende a distorsionar el efecto que el frío tiene sobre la salud y seguridad de los trabajadores, relegando a este agente de riesgo a un segundo plano en el ámbito de la prevención de riesgos laborales. No obstante, no debemos olvidar que trabajadores de sectores como el de la alimentación y la agricultura deben desarrollar su trabajo en condiciones de bajas temperaturas o que, debido precisamente a las temperaturas propias de la península ibérica, miles de trabajadores de se enfrentan a continuas variaciones de temperatura que pueden ir de los 20 a los 40 °C.
En este artículo intentaremos cambiar esta percepción, proporcionando más información acerca de los efectos que el frío puede tener sobre el cuerpo humano y daremos algunas indicaciones sobre las medidas preventivas que pueden evitar los efectos del frío en el ámbito laboral.
Factores que afectan al riesgo por exposición al frío
Los factores que debemos tener en cuenta a la hora de evaluar el riesgo por exposición al frío pueden agruparse en: factores climáticos, factores individuales y características del puesto de trabajo.
Factores climáticos
El frío, como agente físico al que están expuestos los trabajadores, dependerá de tres factores principales:
- Temperatura ambiente: una temperatura ambiente inferior a 5 °C puede tener efectos directos sobre la salud de los trabajadores expuestos (1)
- Velocidad del aire: el viento provoca un efecto de enfriamiento en la piel. Este efecto se expresa como una temperatura de enfriamiento por el viento. En la siguiente tabla, se incluyen los valores de temperatura de enfriamiento por viento para distintas combinaciones de temperatura ambiente y velocidad del viento (la velocidad del viento es un valor meteorológico normalizado medido a 10 m sobre el nivel del suelo que se obtiene de las estaciones y previsiones metereológicas).
- Humedad relativa: el agua retira el calor del cuerpo 25 veces más rápido que el aire seco, por lo que debemos tener en cuenta la humedad presente en el ambiente a la hora de evaluar el nivel de riesgo.
Factores individuales
Existen algunos factores ligados al propio individuo, como pueden ser el consumo de ciertos medicamentos o la existencia de determinados antecedentes médicos, que influyen en la respuesta del organismo frente al frío. Aunque estos factores deben ser tenidos en cuenta a la hora de evaluar el riesgo de exposición al frío, huelga decir que, estos datos están sujetos a la estricta confidencialidad existente entre trabajador y médico.
- Medicamentos. Existen medicamentos que son susceptibles de alterar la regulación térmica mediante la acción sobre el sistema nervioso central, que regula la vasoconstricción. Entre estos medicamentos encontramos las fenotiacinas, barbitúricos, benzodiacepinas y los hipoglicemiantes. (1)
- Antecedentes médicos. Algunas endocrinopatías pueden favorecer la hipotermia en determinadas circunstancias. El hipotiroidismo, por ejemplo, reduce el metabolismo y altera la termogénesis del cuerpo, así como otras respuestas complementarias. Afecciones como la insuficiencia suprarrenal o el hipopituitarismo pueden aumentar la susceptibilidad a la hipotermia. (1)
Características del puesto de trabajo
Las características propias del puesto de trabajo condicionarán factores determinantes a la hora de evaluar los riesgos por exposición al frío. La principal de estas características será la actividad física que conlleva la tarea a realizar durante la jornada laboral. La producción de calor corporal compensa parcialmente la pérdida de calor debida a la exposición a bajas temperaturas. De este modo y para unas condiciones ambientales determinadas, cuanto más grande sea el nivel de calor corporal producido como consecuencia del desarrollo de una actividad física, menores serán las necesidades de aislamiento térmico que deberán exigirse a un conjunto de prendas de protección contra el frío.
El nivel de actividad metabólica es difícil de calcular, aunque existen tablas de actividad metabólica para distintos tipos de actividades.
Otro factor a tener en cuenta es la posibilidad de que la tarea a realizar suponga la exposición a temperaturas cambiantes a lo largo de la jornada laboral. Este es el ejemplo de los trabajadores que trabajan en instalaciones frigoríficas y deben entrar y salir de éstas al exterior y viceversa repetidamente. En países como España, estos trabajadores se enfrentan a diferencias de temperatura que pueden llegar a los 40˚C en verano, y requieren de una atención especial para evitar los posibles daños a la salud como consecuencia del desempeño de su actividad laboral.
Efectos sobre el cuerpo
El cuerpo posee mecanismos de defensa contra el frío que intentan contrarrestar la pérdida de calor corporal durante la exposición a bajas temperaturas. Los principales mecanismos son la vasoconstricción periférica, el aumento de la frecuencia cardíaca, y los tiritones.
En la piel existen receptores térmicos que al detectar las primeras pérdidas de calor, desencadenan una vasoconstricción cutánea con el objeto de preservar la temperatura interior del cuerpo. Por otro lado, los tiritones son una reacción automática destinada a aumentar la producción de calor del organismo en hasta un 500%. Esta reacción no puede prolongarse más allá de unas cuantas horas debido al agotamiento de las reservas de glucógeno muscular y a la fatiga asociada.
Cuando estos mecanismos no son suficientes para mantener el calor corporal, los efectos del frío sobre el cuerpo dependerán del grado de exposición del trabajador. Estos efectos pueden ir de una simple molestia a la muerte, pasando por distintos grados de hipotermia, dolores y trastornos musculo-esqueléticos.
Hipotermia
Comenzamos a hablar de hipotermia cuando la temperatura corporal interna desciende de los 35˚C. En la Tabla 2 se relacionan las distintas manifestaciones clínicas de la hipotermia.
Dolores
La exposición al frío puede provocar dolores de diferente intensidad.
La sensación de frío seguida de dolores en las partes expuestas del cuerpo es uno de los primeros síntomas de congelación o de una hipotermia ligera.
A medida que la temperatura baja o aumenta la exposición, las sensaciones de dolor y frío comienzan a desaparecer como consecuencia de la pérdida de sensibilidad, lo cual puede provocar que se sufran graves lesiones sin apercibimiento.
Trastornos musculo-esqueléticos
Diversos estudios epidemiológicos han revelado el papel que juega directa o indirectamente el frío en la aparición de trastornos musculoesqueléticos (TME). (6)Este hecho en sí, adquiere mayor importancia si tenemos en cuenta que este tipo de dolencia es la primera causa de incapacidad laboral temporal.
Esta relación entre exposición al frío y la aparición de los TME está ligada a la anemia parcial de los músculos y tendones generada por la vasoconstricción periférica.
El enfriamiento de los tejidos conlleva una ralentización de las reacciones enzimáticas y bioquímicas, disminuyendo la calidad de la contracción muscular. Así, por cada grado de temperatura muscular perdido, la fuerza muscular disminuye entre un 2% (fuerza de contracción muscular isométrica) y un 4% (fuerza de contracción dinámica).
Otros efectos
Además de los efectos ya nombrados, existe una gran variedad de efectos sobre la salud en relación al frío, como pueden ser:
- Hipersensibilidad y alergia al frío (urticaria, enfermedad de Raynaud, etc.)
- Afecciones respiratorias (asma, bronquitis, etc.), cardiovasculares (infarto de miocardio, accidentes vasculares centrales…), articulares (reumatismos), digestivos (hiperacidez gástrica, úlcera gastroduodenal), neuropsiquiátricos (epilepsia).
- Disminución de la eficacia de la visión, cólicos hepáticos y nefríticos.
Por otro lado, en los casos de fuertes amplitudes térmicas, que en algunos casos pueden sobrepasar los 50˚C, se pueden registrar molestias respiratorias a la salida de las cámaras frigoríficas y una sensación de astenia al final de la jornada. (6)
Medidas preventivas para la exposición al frío
En condiciones de trabajo por debajo del punto de congelación, deben adoptarse distintos tipos de medidas, en función del nivel de riesgo evaluado.
Entre otras medidas, deberían contemplarse:
- La puesta a disposición de los trabajadores de lugares cálidos donde realizar, si procede, descansos.
- El recubrimiento de las superficies metálicas de los utensilios con material aislante.
- Diseño de máquinas y herramientas que permita su uso sin necesidad de quitarse los guantes o manoplas.
- En lugares donde la temperatura esté por debajo de 16 ˚C deberían equiparse con un termómetro para registrar cambios de temperatura. Para lugares de trabajo con temperaturas por debajo de punto de congelación, la temperatura debería controlarse cada cuatro horas, la menos.
- Deberían establecerse procedimientos de emergencia para proporcionar primeros auxilios y cuidados médicos. En cada turno, se debería asignar a una persona entrenada en emergencia. (2)
Selección y uso de ropa de protección
Adicionalmente a las medidas preventivas, el uso de ropa de protección contra el frío puede llegar a ser necesario por parte de los trabajadores. En ocasiones, la ropa de protección es necesaria para trabajos a 4 ˚C o menos. La ropa debería seleccionarse teniendo en cuenta la temperatura, las condiciones de trabajo, el nivel y duración de la actividad y el diseño del trabajo.
El tipo y cantidad de ropa de protección debe proporcionar un nivel de protección adecuado para evitar caer en la sub-protección, en la que el trabajador quedaría expuesto al frío; y en la sobre-protección, donde se corre el riesgo de una transpiración excesiva, humedeciendo la ropa más próxima al cuerpo, disminuyendo el aislamiento que proporcionan las prendas y propiciando un enfriamiento progresivo del cuerpo.
A continuación, se dan algunas indicaciones generales acerca de la ropa de protección contra el frío:
- Deberían usarse múltiples capas de protección. Las capas de protección proporcionan mejor protección que una única prenda debido al aire que hay entre las capas. Por otro lado, las múltiples capas dan la opción de adaptarse a las condiciones de temperatura cambiantes al poder abrir o quitar alguna capa para evitar una sobreprotección que pudiese dar lugar a la sudoración.
- La capa más interna, además de aislamiento debería permitir retirar la humedad, manteniendo la piel del usuario seca.
- Las capas adicionales de ropa deberían permitir abrirse o retirarse para evitar la sudoración. Las chaquetas externas deberían tener elementos de cierre y abertura en cintura, cuello y puños para ayudar en el control de la cantidad de calor retenido.
- En trabajos en condiciones húmedas, la capa más externa debería ser impermeable.
- Alrededor del 50% del calor corporal se pierde a través de la cabeza. Debería usarse un gorro de lana o similar para evitar la pérdida excesiva de calor.
- La ropa debe mantenerse limpia ya que la suciedad rellena las cámaras de aire de las fibras de los tejidos, disminuyendo su capacidad de aislamiento térmico.
- La ropa debe mantenerse seca. Mientras que el trabajador se encuentra en zonas calidad, se debe permitir la eliminación de la transpiración, abriendo los cierres de cuello, cintura, mangas, puños o perneras o quitándose las prendas exteriores.
- Para prevenir la sudoración excesiva durante el trabajo, y si fuese necesario retirar capas de ropa, ésta debería retirarse siguiendo el siguiente orden en función de las necesidades de refrigeración:
– Guantes o manoplas (si no es necesaria la protección contra la nieve o el hielo)
– Gorros y bufandas
– Abrir la chaqueta en la cintura y los puños
– Retirar capas de ropa
A medida que el cuerpo se refrigere, se desharán los pasos anteriores en orden inverso.
La lana y otras fibras sintéticas, retienen el calor incluso húmedas, siendo más recomendables que tejidos de otras fibras. (2)
Selección de las prendas de protección
Mediante la adecuada elección de las prendas de protección, a menudo se puede controlar y regular la pérdida de calor del cuerpo, de modo que se compensen las pérdidas de calor provocadas por el ambiente. Además de las orientaciones anteriormente dadas relativas a las características de la ropa de protección contra el frío, se debe evaluar en primer lugar el riesgo de estrés por frío, que dependerá de los factores que ya hemos indicado anteriormente.
Es estrés por frío se evalúa mediante el enfriamiento general del cuerpo y el enfriamiento local de sus partes específicas.
Enfriamiento general del cuerpo
El equilibrio térmico se define por una ecuación general, que contempla la cantidad de calor producida por el cuerpo, las características físicas del ambiente y las propiedades térmicas de la ropa de protección. La ecuación que se muestra a continuación permite calcular el nivel de aislamiento requerido para la ropa (IREQ), que permite mantener el equilibrio térmico. (4)
Donde:
tsk es la temperatura local de la piel
tcl es la temperatura de la superficie exterior de la ropa
M es la tasa metabólica
W es la potencia mecánica útil
Eres es el flujo de calor por evaporación respiratoria
Cres es el flujo de calor por convección respiratoria
E es el flujo de calor por evaporación en la piel
IREQ y aislamiento térmico de la ropa
Para la selección de la ropa de selección, el IREQ se compara con la protección (aislamiento térmico) que proporciona la vestimenta del trabajador. Si el aislamiento es inferior al valor prescrito, la protección prestada por la ropa de protección es insuficiente. Cabe entonces, seleccionar otro tipo de ropa o, en su defecto, calcular la duración de la exposición admisible (Dlim). La norma UNE-EN ISO 11079:2009 proporciona un método para la determinación e interpretación del estrés debido al frío empleando el IREQ.
El IREQ es una medida de estrés térmico. Mientras mayor sea el poder enfriador del ambiente, mayor será el valor del IREQ para cualquier nivel de actividad. El IREQ se define a dos niveles de sobrecarga fisiológica.
- EL IREQmin define el aislamiento térmico requerido para mantener el equilibrio térmico del cuerpo a un nivel de de la temperatura media del cuerpo inferior al normal. El IREQ mínimo representa un cierto enfriamiento corporal, en particular de sus partes periféricas. En caso de exposición prolongada el enfriamiento de las extremidades puede llegar a ser un factor que limite la duración de la exposición.
- El IREQneutral define el aislamiento térmico requerido para crear las condiciones de neutralidad térmica, es decir, para mantener un equilibrio térmico a un nivel normal de temperatura del cuerpo. (3)
El valor del aislamiento más común indicado para un conjunto de ropa es su valor de aislamiento térmico básico o intrínseco, Icl. Para comparar este valor con el IREQ deben corregirse varios factores. El valor corregido, Icl,r, depende de las condiciones de uso. Por ello, debe ser determinado a partir de la información disponible para la vestimenta real (aislamiento térmico básico y permeabilidad del aire), el viento y el nivel de actividad.
El valor de Icl se compara con el valor del IREQ calculado para las condiciones y los criterios indicados, efectuándose las interpretaciones siguientes:
- Ahora que hemos expuesto cómo se interpretan los distintos parámetros técnicos que intervienen en la adecuada selección de la ropa de protección contra el frío, sólo queda saber los pasos a dar para obtenerlos.
- Los cálculos del IREQ y de Dlim, pese a que pueden parecer complejos no deben suponer mayor problema. En la actualidad existen distintas soluciones de software que nos permiten calcular estos parámetros. Una de estas herramientas informáticas es EVALFRÍO, que puede descargarse gratuitamente de la página web del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) (8).
- Esta aplicación, una vez introducidos los parámetros de temperatura, humedad relativa, velocidad del viento, aislamiento de la vestimenta del trabajador, etc., calcula automáticamente el valor de IREQmin, IREQneutral y Dlim.
- Los valores con los que deberemos comparar el IREQ los obtendremos de las prendas de protección contra el frío debidamente certificadas.
La ropa de protección contra el frío, según la norma UNE-EN 342:2004 (para prendas que protegen frente a una temperatura de hasta -50 °C), especifica los valores de aislamiento térmico efectivo, Icle y aislamiento térmico efectivo resultante, Icler. El valor de Icler es el aislamiento térmico entre la piel yla superficie externa de la ropa, en condiciones definidas, medida con un maniquí móvil.
La ropa de protección contra ambientes fríos según UNE-EN 14058:2004 (para temperaturas de entre – 5 °C y 10 °C) proporciona el valor de resistencia térmica de la ropa y opcionalmente los valores de Icler y Icle.
Si bien es cierto que el aislamiento del conjunto de la ropa puede estimarse en función de unas tablas en las que se determina el aislamiento estimado para camisas, pantalones, etc., la utilización de parámetros calculados siguiendo un método establecido en las normas armonizadas anteriormente descritas, proporciona una información más valiosa a la hora de realizar la selección de las prendas de protección contra el frío.
Adicionalmente a ello, las prendas de protección contra el frío según las normas citadas, incorporan prestaciones adicionales como la permeabilidad al aire (opcional para la ropa según UNE-EN 14058) y opcionalmente la permeabilidad al agua.
Conclusiones
Tras haber expuesto los factores que influyen en el nivel de riesgo al que están expuestos los trabajadores que desarrollan su trabajo en condiciones de bajas temperaturas, y las serias consecuencias que puede tener para la salud de los trabajadores, el uso de ropa de protección contra el frío debidamente certificada, proporciona la mejor solución a nuestro alcance para la selección de ropa de protección, con unos niveles de protección ensayados y certificados. Además de todo ello, recordamos nuevamente que el RD 773/1997 obliga a que, cuando se determine que el uso de equipos de protección individual es necesario para la protección frente a los riesgos que motivas su uso, estos deben cumplir con los requisitos establecidos en la disposición legal de aplicación, es decir, deben estar certificados en el cumplimiento decir con las disposiciones de seguridad y salud que marca el RD 1407/1992.
Más info:
Javier Díaz
ASEPAL – Dpto. Técnico
91 431 62 98